Título: Musu lapurra
Escritor: Xabier Etxaniz Erle
Ilustrador: Jokin Mitxelena
Editorial: Aizkorri
Año: 2001
Colección: Mendi Sorgindua
Número de páginas: 36
Edad: 4tik gora
Resumen:
El escritor ha dejado en manos de un padre el papel de narrador. El padre comenzará citando mediante diferentes frases cómo algunas personas son felices haciendo diferentes actividades: “al ver los fuegos artificiales”, “al pasear por nuestras calles”... En la medida que le habla a su hija, le explica que ellos también son felices, citando las mismas actividades pero en su entorno. Como colofón el padre cita una actividad que a él le hace del todo feliz “cuando te robo un beso cada noche”.
- Laura Sagastume, Revista Behinola 1999-2004 El punto de la letra i
En algún lugar, tal vez en Cirano de Bergerac , leímos que el beso es como el punto que está sobre el cariño: algo pequeño, modesto y, sin embargo, muy importante en nuestras vidas. Y parece que Xabier Etxaniz y Patxi Zubizarreta se han dado cuenta de algo tan simple pero tan importante casi al mismo tiempo, pues acaban de publicar al alimón sendos libros sobre los besos, ambos además ilustrados Jokin Mitxelena.
El último trabajo publicado por Xabier Etxaniz (Gure ipuinak, Pamiela, 2000) ha sido una selección y recopilación de cuentos, más que una obra de creación propiamente dicha; sin embargo, po medio de este Musu lapurra se reincorpora al mundo de la creación(no olvidemos aquellos Patxiki o Nire belarriak, publicados po Elkar). Se trata de un regreso minimalista mediante un texto que podría caber en una sola página, quizá porque tiene más de poesía que de narración. Pero a pesar de su brevedad es un hermoso texto, basado en el paralelismo y la progresión, organizado en torno a una palabra ('felicidad'), ajustado a unas pocas palabras, que nos lleva a un gesto -a un punto- intimista como es el beso.
Patxi Zubizarreta, por su parte, casi no ha conocido descanso en su trayectoria creativa, y su texto también cabría en una página; tal es su viaje hacia la brevedad a la que ha llegado por medio de cuentos muy pequeños como Marigorringoak hegan (Edebé-Giltza) o Ostiraletako (Elkarlanean).Pero Musuka no es una narración, ni tampoco un poema, sino más bien una personal clasificación de los besos; con todo, tiene algo de narración, y también contiene poesía, todo ello gracias a las ilustraciones de Jokin Mitxelena, como si tras la citada clasificación de besos hubiera un auténtico guión que descubre una progresión tras dichos besos: por medio de ellos la protagonista aprende, crece y, finalmente, después de besar a otros a gusto o por obligación, se besa a sí misma, como si esa fuera la condición indispensable para besar a los demás.
Pero ha sido Jokin Mitxelena el encargado de vestir estos dos trabajos que podrían haberse quedado desnudos y vacíos, y lo ha hecho de forma excelente. Y aunque pueda advertirse cierto parecido entre ambas obras (en una aparece el padre con un aspirador y en la otra con una escoba, la presencia de ranas, peces y paraguas), a cada libro le ha cosido su propio vestido haciendo visibles, como en aquel cuento del emperador, dos cuentos que de otra manera podrían haber pasado desapercibidos.