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Título: Botoi bat bezala

Escritor: Juan Kruz Igerabide Sarasola

Ilustrador: Elena Odriozola Belástegui

Año: 1999

Colección: Edizio elebiduna

Número de páginas: 86


Resumen:
Nací como un botón<BR>
que asoma por el ojal:<BR>
Sonrisa lunar.


Reseñas:

- Gerardo Markuleta, Revista Behinola 1999-2004 Cuando Juan kruz Igerabide puso el pequeño tesoro llamado Poemas para la pupila al alcance de niños y mayores, el desierto era casi total (no hay que olvidar la aportación de las canciones, tradicionales o no) en el terreno de la creación de poesía vasca para niños. Siguiendo el espíritu de los haikúes y su permisivo esquema, Igerabide puso muy alto el listón ya en su primer libro. Demostró una gran finura en la sugerencia, el juego fónico, visual y plástico, además de su habilidad para expresar y contener -contener a tiempo, quizá sea el secreto-: <>.

Aquel librito blanco ilustrado por Luis Emaldi con sutileza, con contención también él, con un estilo muy contemporáneo y acompañando perfectamente al texto, inauguró un camino en nuestra literatura infantil, igualmente transitable para otros, además de tentador, claro. Recordemos de nuevo que publicar un libro así en el mercado editorial vasco, en una colección como <> era una apuesta atrevida y excéntrica en aquella época.

Este Botoi bat bezala llega en una edición bilingüe, acompañado de una cuidada traducción al castellano. La ilustraciones en blanco y negro debidas a las finas mano e intención de Elena Odriozola son un complemento indispensable del libro. Los breves textos y las traducciones ocupan la página izquierda; la ilustraciones llenan la derecha y, a veces, invaden, juguetonas, el territorio del texto. Los poemas se encuentran cómodos, cada uno con una ilustración cogida del brazo, dispuestos para la recreación en otra lectura distinta. Jugndo con los espacios, con los vacíos, dejando sitio al texto, y a los objetos dibujados, para reproducir su propio eco. Y -es más difícil expresarlo que percibirlo al verlos- al hacer la lectura de las ilustraciones, los dibujos de Odriozola funcionan en el mismo nivel de sugerencia de las palabras de Igerabide.

Por ejemplo el poema <> dice así: <> en la página de la derecha aparece una figura humana bajando por una calle triste y ventosa; se ven unos árboles oscuros y, sobre sus hojas, unas nubes turbias sugieren que, quizá allí, entre las nubes, puede escucharse un aleteo angelical. Pero en el dibujo, por supuesto, no aparece ningún ángel. Quizá el secreto, efectivamente, sea contener a tiempo.

De los textos propiamente dichos, qué decir: en está ocasión, Igerabide nos ofrece un florilegio selecto, en un poemario que gana aún más con esa conplicidad con la ilustradora. Así, en estos textos breves surgidos por medio de destellos creativos, lo difícil es elegir, así comopara el propio Igerabide será fácil abandonar el camino creativo que le ha traído hasta aquí. Creo que el imaginario de este libro no se aleja mucho de la atmósfera del libro anterior, empleando detalles plásticos o fónicos o anímicos, con los ojos abiertos a la caza de paralelismos, el oído atento y el pulso afinado: este <>, un título más largo que el propio poema, dice así: <>.

En Los poemas iniciales se habla de los primeros días del niño; por ejemplo, el que da título al libro: <>. Es indispensable ver la ilustración: en el centro de la página en blanco aparece tímidamente la cabecita de un bebé tras una simple línea curva, una vez más tras una raya sugerente que podría representar tanto a la luna, como al ojal, como a la nalga de la madre.

Una vez avanza el libro, se imponen los humildes elementos de la naturaleza, los animales y las actitudes y las posturas de los niños. El humor también tiene su sitio, por ejemplo, en el poema titulado <>: <>. Y, en mi opinión, como corresponde a la buena LIJ contemporanea, en el reparto da una de miel (<>), y otra de hiel (<>).

La mejor manera de hablar del libro, ya se habrán dado cuenta, es copiar poemas; de modo que es mejor que acudan al original.

- Xabier Etxaniz Erle Cuarto libro de poemas en solitario, realizado por el ganador del último premio Euskadi de LIJ (Jonas eta hozkailua beldurtia, comentado en Fadamorgana, nº2). Juan Kruz Igerabide ha recurrido principalmente a la literatura popular, el nonsense y los haikus en su producción para niños; en este caso, es notoria la influencia de la poesía japonesa. Sus poemas de tres o cuatro versos son sintéticos, pero a su vez descriptivos; en unas pocas palabras agrupa toda una idea que nos hace reflexionar, pensar o disfrutar:
Un nacimiento.

Nace un niño:
La Tierra comienza
a girar para él.
Además las ilustraciones que completan la obra reflejan dicho ambiente. Insinuantes, con gran utilización del vacío, por medio de unos pocos trazos Elena Odriozola ha realizado una excelente labor que hace, junto con los elaborados poemas de Igerabide que este libro (editado en euskara y castellano) sea una excelente obra literaria para niños y mayores.


Botoi bat bezala