Título: Bota gorriak
Escritor: Karlos Linazasoro Izagirre
Ilustrador: Caudia Ranucciren irudiak
Año: 2000
Colección: Liburu zopa
Número de páginas: 76
- Xabier Etxaniz, CLIJ mayo del 2002 Linazasoro, autor de varios libros de cuentos y algún poemario para jóvenes, firma también este cuento, su obra más poética (muy simbólica, tal como lo reconoce él mismo en el libro). Y es que estas botas rojas son mágicas, tanto que harán vivir unas experiencias maravillosas a Karlos, el joven narrador de esta historia.
Llena de referencias y guiños al lector, Bota gorriak, en la que realidad e imaginación (o magia) se dan la mano, nos hace fantasear y vivir unos momentos entrañables. Todo ello a través de un texto en el que hay innumerables citas poéticas, a veces sólo frases y otras como breves poemas, que acompañan a la narración.
Las ilustraciones de Claudia Ranucci se funden con el texto haciendo que la lectura sea aún más placentera. Con este título, Linazasoro obtuvo el Premio Euskadi 2001.
- Luis Arizaleta, Revista Behinola 1999-2004 Fantasía dentro de un orden
Entre los siete y los nueve años, la mayoría de los niños aprende la mecánica de interiorizar los textos escritos: a fuerza de utilizar la herramienta lingüística aprendida pocos años antes, deja de lado el esfuerzo de descifrar y dedica más tiempo a las funciones interpretativas o a las del nivel de pensamiento o las emociones.
De esta forma junto con la utilización de ese conocimiento procedimental que es la lectura, a esta edad aparecen también la inquietud y las expectativas: ¿lograré mediante la lectura el mismo buen sabor de boca que me dejaban los cuentos que me leía mi madre, o las anécdotas de mi padre o de la maestra?; en mi soledad, ¿me encontraré igual de a gusto delante de este libro lleno de palabras?
El escritor que escribe para los niños de entre ocho y diez años se enfrenta a esta difícil tarea. se dirige a los lectores que están trabajando sus habilidades lectoras pero, al mismo tiempo,poseen un capital humano cada vez mayor. Y una de las tareas más difíciles es hilar estéticamente las complejidades estilística y temática. Porque son lectores que no se contentan con cualquier personificación animista, sino que esperarán algún tipo de aventura. El equilibrio entre lo inventado y la verosimilitud tiene que aparecer dentro de una lógica. Y esto no es fácil de conseguir. Por eso es realmente gratificante encontrarse con un texto que recoja bien estos extremos.
Y eso es precisamente lo que ocurre con estas botas mágicas de Linazasoro. estas botas llenas de fantasía están situadas en un contexto totalmente aceptable y verosímil: el amor, la escuela, la familia, son elementos que están en su sitio y que, elaborados a su manera por el autor, conforman un texto magnífico. Estas botas nos traen a la memoria el objeto mágico que ayudaba al protagonista a convertirse en príncipe de sus sueños.